Parejas
que son tríos, relaciones paralelas y consentidas por la otra parte, camas para
cuatro personas... Los protagonistas de estas exóticas historias de amor aseguran que en ellas reina
el más genuino de los enamoramientos. Sin embargo, los psicólogos no tienen tan claros los
motivos de estos arriesgados
experimentos sentimentales. No aparecen en ningún registro oficial ni salen en
las encuestas. Tampoco forman asociaciones para defender sus derechos ni se
manifiestan. Ni siquiera se ha inventado la palabra que les denomine sin
connotaciones negativas. Para la gran mayoría -para las encuestas, los estudios
sociológicos, los medios de comunicación-, simplemente no existen, pero de
puertas adentro, al abrigo de miradas indiscretas y en el más absoluto de los
secretos, modelos relacionales
alternativos prueban su validez. Son parejas formadas por más de dos
personas que conviven a la manera tradicional y, aseguran, unidas por los lazos
del amor. U otras que, sin guarecerse bajo el mismo techo con sus amantes,
confiesan mantener relaciones paralelas que no son secretas para sus cónyuges.
Sea cual sea el caso, tienen en común la misma circunstancia: aseguran que
están enamorados de más de una persona.
Y algunos llevan dicha circunstancia hasta las últimas consecuencias: la
convivencia. No hay que rascar mucho la superficie para darse cuenta de que la
realidad supera siempre a la ley, el diccionario y hasta la propia fantasía.
"Hoy, diría que en torno al 20% de las personas en algún momento de su
vida tiene una experiencia de este tipo", se atreve a valorar Esteban
Cañamares, psicólogo, sexólogo y autor de Por qué le es infiel (Ed. Amat).
Pareja
de tres
Somos como una pareja
normal, con un miembro más: nos
queremos, nos apoyamos y cada
uno de nosotros es necesario para la felicidad de los otros dos. Puede ser
difícil de entender y no te digo que la convivencia sea fácil, porque tienen
que ajustarse los egos, las expectativas, los sentimientos de posesión, pero al
final compensa. Y, sí, dormimos en la misma cama". También tres, Carla,
Ramón y José han vivido una
tormentosa
relación debido a la incapacidad de ella para decidir con quién quiere
compartir su vida. "He probado
todo: salir sólo con Ramón, sólo con
José o con ninguno de los dos, pero sólo me siento completamente feliz cuando
estoy con ambos. Ellos lo saben y no han
tenido más remedio que aceptar la situación, aunque nos ha costado muchos
disgustos. Los hombres tienen un gran sentido de la territorialidad y no es
fácil que compartan una pareja, pero yo, por ahora, quiero o todo o nada".
¿Por
qué lo llaman amor...?
¿Pero,
son estos casos historias de verdadero amor o soluciones de emergencia para parejas
en crisis? "No se puede estar enamorado de dos personas a la vez -explica
Cañamares-. Si alguna persona así lo
afirma, se está engañando a sí misma o nunca se ha enamorado realmente.
Lo que está en juego es otro tipo de sentimientos como el afecto, la costumbre,
la compañía... Si uno de los miembros de la pareja introduce una
tercera
persona puede estar enamorado de ella, pero no lo estará ya de la primera, a la
que le unirán otro tipo de lazos. También puede ser síntoma de una crisis que
podría terminar cuando alguna de las personas se enamore realmente fuera de esa
asociación". Más aún: los especialistas afirman que detrás de este tipo de
relaciones suele haber inestabilidad emocional y, a veces, hasta patologías.
"Por lo general, diría que son personas que están a dos pasos de la
depresión y así se mantienen a flote. Ese tipo de asociaciones suele durar
cierto tiempo, incluso años, hasta que finalmente sus
protagonistas caen en la
depresión o en la adicción a las compras, el juego o el alcohol. Contribuyen a
mantener un equilibrio inestable que, al final, acaba rompiéndose".
¿Qué
es, entonces, el enamoramiento?
El psicólogo lo define como: "Tener la
fantasía de que el otro me va a llenar plenamente, la sensación de que ha
vivido los mismos traumas que yo pero tiene otros mecanismos para salir del
paso de esos problemas; pensar que el otro tiene en la cabeza los mismos
esquemas fundamentales de funcionamiento de
pareja, creer que tiene esas cualidades que siempre deseé y que por fin incorporo mediante la relación; sentir que él/ella lo es todo, algo así como la droga para el adicto, como la madre para el feto. Esa fantasía de que el otro me completa, por definición, sólo se da con una persona. El sentimiento puede resistir el paso del tiempo o atenuarse hasta el aprecio. Ahí es donde puede caber otro u otra". En suma: que algunos llaman amor a lo que en realidad es afecto, compañía o sexo. "Sí, por eso es un tema que se esconde, que es tabú -concluye Cañamares-. Ese tipo de relaciones se guardan en la intimidad porque necesitamos sentir que son más normales de lo que son, porque necesitamos seguir engañándonos". ¿Tiene futuro la pareja? Con la polémica regulación de los matrimonios gays y los múltiples experimentos de convivencia que se dan en la vida real, pudiera parecer que la pareja tradicional (no ya la formada por hombre y mujer, sino la formada por dos personas) corre peligro. Sin embargo, estamos ante una de las instituciones más funcionales socialmente y, por tanto, más estables de todos los tiempos: de momento, ninguna fórmula alternativa hace peligrar su preponderancia. Vamos hacia una mayor liberalización, huyendo del compromiso. Las parejas tradicionales son demasiado fuertes para los tiempos que corren. Los modelos actuales y futuros serán más 'light' y tolerantes.
pareja, creer que tiene esas cualidades que siempre deseé y que por fin incorporo mediante la relación; sentir que él/ella lo es todo, algo así como la droga para el adicto, como la madre para el feto. Esa fantasía de que el otro me completa, por definición, sólo se da con una persona. El sentimiento puede resistir el paso del tiempo o atenuarse hasta el aprecio. Ahí es donde puede caber otro u otra". En suma: que algunos llaman amor a lo que en realidad es afecto, compañía o sexo. "Sí, por eso es un tema que se esconde, que es tabú -concluye Cañamares-. Ese tipo de relaciones se guardan en la intimidad porque necesitamos sentir que son más normales de lo que son, porque necesitamos seguir engañándonos". ¿Tiene futuro la pareja? Con la polémica regulación de los matrimonios gays y los múltiples experimentos de convivencia que se dan en la vida real, pudiera parecer que la pareja tradicional (no ya la formada por hombre y mujer, sino la formada por dos personas) corre peligro. Sin embargo, estamos ante una de las instituciones más funcionales socialmente y, por tanto, más estables de todos los tiempos: de momento, ninguna fórmula alternativa hace peligrar su preponderancia. Vamos hacia una mayor liberalización, huyendo del compromiso. Las parejas tradicionales son demasiado fuertes para los tiempos que corren. Los modelos actuales y futuros serán más 'light' y tolerantes.
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¿Es posible enamorarse de más de una persona a la vez?